17 de Agosto de 2008.
La formación de los docentes sigue siendo uno de los problemas educativos con mayor incidencia en los sistemas educativos. No con muy buenos resultados en las aplicaciones que de ella han hecho pues, por un lado, las políticas educativas mantienen el control sobre todo lo educativo, y por otro, el desaliento de los docentes, quienes poco a poco han ido adquiriendo, sin saberlo y sin quererlo, el confinamiento a la realización de un trabajo docente técnico.
Para poder enfrentar el reto que nos marca el siglo XXI en donde la “Sociedad de la Información” es la que priva con todos los elementos ideológicos y políticos que en ella convergen, es preciso provocar en los individuos la necesidad de estar analizando continuamente la complejidad social que repercute en lo educativo pues, a pesar de que se hacen esfuerzos por que los docentes se hagan con más conocimientos psico –pedagógicos, la educación que se brinda a los alumnos no es la mejor, pues no es capaz de adaptar y adaptarse al flujo de información que de manera informal llega a los alumnos.
En la actualidad hablar de ‘competencias’, ‘formación por competencias’, ‘enfoque por competencias’ nos remite a la búsqueda de tales conceptos para clarificarlos y poder utilizar en nuestra práctica diaria. En Internet existe una gran variedad de información confiable que puede dar esta orientación teórica, por ejemplo, en el portal de la UNESCO se habla de que una de las competencias que deben adquirir los docentes hoy en día es la de saber utilizar las Tic’s, dada la necesidad de aprender y enseñar en la complejidad de nuestra sociedad del conocimiento activa.
Considerando que en la actualmente las necesidades de formación permanente de los docentes en ejercicio son prioritarias, dado que el pensamiento predominantemente moderno nos ha enseñado a adaptarnos a los diseños curriculares sin cuestionarlos y a tener un pensamiento docente con tendencias conservadoras, individualistas y descontextualizadas, se debe proporcionar formación a los docentes para que se conviertan en investigadores de las estructuras visibles e invisibles de lo que ocurre en el campo educativo provocando una ruptura con la rutina y formando buscadores de nuevas formas alternativas de ver y reconceptualizar su trabajo.
Para buscar alternativas y cambios se necesitan dos cosas: la osadía de comprometernos a cambiar y la capacidad de relacionar cada una de las actuaciones individuales y colectivas, esto implica enfrentar a los docentes a una situación de cambio, desubicándolos, desorientándolos, provocando en ellos un conflicto con el que se pueda llegar a un debate, provocando con esto avances en el terreno de las ideas y, por consecuencia de las prácticas.
Este es el panorama que necesitamos activar quienes nos dedicamos a participar en la formación permanente de los docentes pues todo este proceso concibe, gradualmente, modificaciones en la práctica docente con todo lo que ello implica. A partir de la pérdida de miedo a que se produzcan cambios, deviene la evolución personal y profesional, lo que le dota del sentido pedagógico a la docencia.
Para pensar en una propuesta de formación docente interdisciplinaria en el terreno educativo desde la complejidad que se desarrolla en ella, deberá hacerse mirando siempre hacia la promoción del aprendizaje, utilizando la indagación como fuente de información y formación continúa.
Cuando queremos reflexionar sobre la naturaleza de las ‘competencias’ tendríamos que hacerlo en primer lugar desde el plano epistemológico para buscarla después desde el análisis cultural y político que, desafortunadamente, han optado por darle un giro reducido y falseado, haciéndolas aparecer como una propuesta de formación mal intencionada y supeditada a los intereses de la política globalizadora, posición que debemos conocer y entender pues de ello depende que podamos acercarnos, desde una mirada educativa, al concepto de competencia.
Formar en competencias docentes implica realizar diversas acciones. La propuesta es la siguiente:
1. Desarrollar competencias pedagógicas como las capacidades que integran cualidades, valores y habilidades para ejercer la práctica docente y que incluya la actualización permanente, por ejemplo, el caso del desarrollo de la competencia en Tic’s.
2. Impulsar el análisis y desarrollo de la competencia tanto en el campo teórico como en el práctico,
3. Vincular procesos de investigación que posibilite la construcción o reconstrucción de conocimientos.
4. La autorreflexión continua de las actividades que se hagan en función de los cuatro aprendizajes básicos que propone la Unesco: Saber ser, saber hacer, conocer y saber convivir.
5. Considerar a los centros escolares como un espacio adecuado para el desarrollo humano.
La institución educativa no es sólo un lugar en donde alumnos y alumnas llegan a formarse para obtener una preparación que les servirá en el futuro, sino que es el lugar donde los docentes desarrollan, sin percibirlo, contenidos sociales, políticos y culturales como parte de su propio hacer al enseñar sin reflejar las oportunidades de análisis de la vida ni las alternativas y esperanzas para sobrevivir porque ni ellos mismos tienen la capacidad de identificarlos. Pero, si la escuela es la encargada de desempeñar funciones de regulación social y de selección entre la sociedad y además es ahí donde se desarrolla por medio de la práctica docente, no nos queda mas que incluir dentro de esa práctica, acciones que reviertan su efecto seleccionador y regulador como por ejemplo: la investigación que apoye a la reflexión y a la acción de los docentes sobre las prácticas de inclusión o exclusión del currículum.
Proyectar una nueva propuesta que impulse la formación del profesorado por medio de la investigación podría reactivar la resistencia a la tecnificación por parte de los docentes y, a la vez, la adquisición de un compromiso pedagógico surgido en la realidad específica en que cada docente se desenvuelve. Añadir la investigación a la formación permanente proporciona grandes potencialidades con las que puedan rescatarse lo real y eficaz de la profesión docente.
Desde esta perspectiva, el docente determina el papel que quiere desempeñar en la práctica educativa en su trabajo y es a través de él mismo y del contexto como define su conducta profesional, la cual puede estar definida por la multiplicidad de factores contextuales y sólo estar ajustada a las condiciones preestablecidas por la institucionalidad, pero también puede estar definida desde un punto de vista crítico que permita provocar la capacidad de acción y pensamiento reflexivo con los que intervenir en los contextos e ir armándose de las competencias necesarias para desarrollar su trabajo.
Las peculiaridades profesionales que necesita la enseñanza van de la mano y funciona de acuerdo a la manera cómo se interpreta lo que debe ser la enseñanza y sus finalidades; ante esta idea nos encontramos con una amplia gama de posiciones y análisis entre la profesionalidad y las necesidades de la práctica docente, una de ellas: la formación en competencias docentes.
Otros sitos de información de la didáctica de la formación por competencias las encontramos en:
www.uned.ac.cr
www.eav.upb.edu.co
www.uv.es______________________________________________________
Bibliografía:
Huerta,J. (2007) “Elementos pedagógico – didácticos para la enseñanza por competencias”. En
www.uned.ac.crRios, R. (2007) “Lo pedagógico en el trabajo por competencias” Universidad pontificia Bolivariana. En www.eav.upb.edu.co
Rubio, L. (2007) “El perfeccionamiento docente basado en la investigación colaborativa”. En Revista Docencia Universitaria. Sección: Investigaciones. Publicaciones UIS: Bucaramanga, Vol. 7 Noviembre 2006. pp. 15 – 38.
Sobrado, F. Los seminarios de la SEP. El reto de la formación profesional. Acreditación de las cualificaciones profesionales. En
www.uv.esUnesco, Estándares de competencia en Tic’s para docentes. En http://www.eduteka.org